+34 640 72 27 45
Llámanos o escríbenos al 640 72 27 45
Los minerales son uno de los grandes tesoros de la naturaleza. Desde los colores brillantes de un cuarzo hasta las formas geométricas de una pirita, cada mineral guarda un pedacito de la historia de la Tierra.
Un mineral es una sustancia natural, sólida e inorgánica que tiene una composición química definida y una estructura cristalina ordenada.
En otras palabras: no son creados por los seres humanos, sino por la propia naturaleza, y se forman en el interior de la Tierra a lo largo de millones de años.
Para reconocer un mineral, los geólogos utilizan varias propiedades. Estas son las más importantes y fáciles de enseñar a los niños:
Color: algunos minerales son intensamente coloridos (amatista, malaquita), otros tienen tonos más discretos.
Brillo: metálico, vítreo, sedoso… cada mineral refleja la luz de forma diferente.
Dureza: se mide con la Escala de Mohs, que va del talco (muy blando) al diamante (el más duro).
Forma cristalina: muchos minerales crecen formando cubos, prismas o pirámides.
Raya: el color que deja el mineral al rayar una superficie cerámica.
Existen miles de minerales en el mundo, pero se suelen agrupar en grandes familias:
Silicatos: los más abundantes, como el cuarzo y la mica.
Carbonatos: incluyen minerales como la calcita o la aragonita.
Óxidos y sulfuros: algunos tienen brillos metálicos espectaculares, como la hematites o la pirita.
Fosfatos y haluros: menos comunes, pero con formas muy llamativas.
Coleccionar minerales no es solo un pasatiempo, es una actividad educativa completa:
Despierta la curiosidad científica.
Enseña a observar y clasificar.
Conecta a los niños con la naturaleza.
Fomenta el aprendizaje en familia.
Los minerales son más que piedras bonitas: son testigos de la historia de nuestro planeta.
Si quieres iniciar a tus hijos en la ciencia y la naturaleza, coleccionar minerales es el primer paso perfecto.